Cartas para un hombre con nombre de mujer (VII)
Victorio, Querido:
Me largo para Italia. Al fin que ya entendí que cambiarte no puedo. Además ya no serías el mismo y tendría que dejar de quererte.
Un beso.
Victorio, Querido:
Me largo para Italia. Al fin que ya entendí que cambiarte no puedo. Además ya no serías el mismo y tendría que dejar de quererte.
Un beso.
Querido Julieto:
Yo sí hubiese trepado a tu ventana.
Un beso.
Renato, Querido:
No me he ido contigo porque yo te quiero más que a mí y tú te quieres más que a nadie.
Un beso.
Patricio, Querido:
Te he estado soñando y te sigo extrañando, pero es extraño ¿sabes? ya no te necesito.
Un beso.
Querido Silvio,
Pero yo nunca te pedí una explicación… esa fue tan sólo una excusa, todo este tiempo estuviste buscando una excusa, ahora que la tienes ¿sabes? es lo que menos me interesa… yo te pedí que no me dejaras, yo nunca te pedí una explicación para justificar tu hastío y tú con eso justificas tu abandono.
Yo sí dije “te amo”… te acordarás después… tu inconsciente lo sabe.
Un beso.
Querido Sofío,
Te dije que no me iba a quedar.
Un beso.
<p><a href=”http://vimeo.com/21016797″>The Cyclotrope</a> from <a href=”http://vimeo.com/user5412163″>tim Wheatley</a> on <a href=”http://vimeo.com”>Vimeo</a>.</p>
Cycle Magic! Félicitations mon garçon!
Querido Mariano,
Por eso es que sigo así, aquí, contigo. No me la paso mejor en ningún otro lado y con nadie más. Aunque nunca me hubieses amado.
Un beso.
3:37AM – Felaciones
—Me siento poderosa con tu polla en la mano, como si tuviera una pistola.
—Una porra.
—No, que dispara. Sobre todo cuando la tengo en la boca. Es como una metáfora del suicidio.
—Sí, pero en este caso la pequeña muerte la tengo yo.
—Oye, ¿Hitler se pegó el tiro en la boca o en la sien?
—Creo que en la sien.
—Qué pena. Se me había ocurrido: «la felación como símbolo de la caída del nazismo».
—Suena a título de conferencia.
—No, para eso bastaría con «Las habilidades orales», que hay que disimular. O «Recuerdos de una felatriz», si fuera una obra de teatro.
—De una felactriz, y podría ir sobre la vida de Marilyn Monroe.
—Ay, ya estamos con el mito, con la rubia.
—Los caballeros las prefieren rubias, dicen.
—Pensaba que tú las preferías pelirrojas.
—Yo no soy un caballero.
(Via Kafki) El original aquí