Espejo
Le ví. Inmóvil sobre su eje, le ví lo fabuloso de sus formas con eso que caía sobre sus inconclusas formas de mujer. Era delicioso el movimientoy la agilidad de sus pasos, dejando a lo largo una estela de infantil sensualidad… irradiaba alegría y me hacía gozar con su caminar, lucía tan bella que me estremecí al darme cuenta que era yo misma la que me producía ese hermoso sentimiento. Era la imagen en el espejo la que me engañaba y me confrontaba para hacer sentir que en otro lugar en un momento diferente pude haber sido mejor.
(Prosa autoerótica escrita hace años por la ninfulezca versión de un muy viejo egoló asustado de su paralela realidad.)
Queridos Lectores Invisibles, salut!