This is now!

This is my not-so-daily catharsis.

Month: January, 2016

Sexta Parte

VI

Ahora no piensa en nada más que el mar. De aquella vez que se encontró en la punta del acantilado mirando una vez más para abajo y lo único que veía era la muerte plasmada, explicada en la gigantes piedras que hacían a las olas reventar con explotante agresividad en su rejurgitante movimiento y al sentir sus huesos triturados por el violento sonido del agua salada rompiendo contra las rocas al final de ese risco azul, cerró los ojos y observó nitidamente a los personajes recurrentes de las fantasias oníricas que el hígado produce como ocre bilis cuando con él se sueña. Memorias saladas de un pasado que nunca sucedió y personas que nunca existieron, pero que siempre estuvieron ahí. El olor de la piel de esos seres impunes, invisibles e invencibles le provocaba nauseas y ternura a la vez. Crecía en su exterior una necesidad eterna de hablarles, de explicarles y despedirse propiamente y para siempre. Los sentía más no podía refugiarse en ellos. Era como si estuvieran en el mismo espacio y pero en la dimensión más cercana y así sentía inminentemente imposible el encuentro. Entonces lo supo: que abriría una puerta hacia ellos si caía esos trescientos cincuenta y siete metros al vacío. Pero una imperiosa comezón en la planta del pie derecho le hizo retroceder un paso. Uno solo.

 

Y entonces abrió los párpados para entererase que ya no tenía ojos.

Todos los había llorado.

Carta a un alma ambulante.

Mi muy querida señorita A.,

          Tengo muchas lunas pensando en usted, pero en cuanto me siento frente a este pedazo de tecnología se me olvida que existen las lunas y me pongo a trabajar en medio de un mar de procrastinación eterna. Pero tenga usted presente que siempre la tengo presente y que su existencia es parte importante de la mía. Ahora bien, sobre nuevas, las únicas que tengo son viejas, ya sabe, lo mismo: “Que estoy bien, que estoy feliz, que nada me falta, que no extraño a nadie”, en resumen, sí toda una maravilla, y a veces hasta dos o tres. Por aquello de su cascada de noticias, acontecimientos y sucesos que se convertirán en efemérides en su calendario del pasado emocional, puede comenzar a contarlas para poder revisitarlas cuando nos veamos, que no será pronto, que aún me pasa el tiempo como antaño cuando niña y mayo se me hace todavía muy lejos.

Le envio mis mejores deseos y espero todo se encuentre en orden en su vida, o por lo menos pueda decir que ha sido feliz algunos infinitos segundos desde que nos vimos la última vez.

Sabe usted que adoro los oxímorones. Le mando muchos de esos.

Un beso.